Por: Kere Meyeus
Ciclista y Miembro de Fundación Tláloc (Toluca)
Quisiera subirme a un camión con muchos lugares disponibles y sentarme con un extraño y comenzar a hacerle la plática, o en una fonda pedirle a una persona que ocupe un lugar de 4 que me permita acompañarle en la comida, quizás con el pretexto de cederle mi mesa a alguna familia. O platicar con el ciclista que espera conmigo en el alto… Pfff, pero es muy difícil! Con tanta inseguridad el pasajero temerá por su vida, fingirá un peculiar interés por el exterior, se cambiará de lugar o hasta podría bajarse aun estando lejos de su destino! El comensal podría morir ahogado con su bocado tan solo de escuchar mi petición o simplemente podría dar respuestas cortas, de esas que se dan por cortesía, y sumergirse en su esmartfon para que no se cruce más que un -provecho- al final de su encuentro con la loca de la fonda. Lo del ciclista es menos arriesgado, pero si me ignora o se porta frío, quizás no tenga más ánimo para repetir la operación… Estas son todas meras suposiciones de lo que puede pasar si hago esto o aquello, y como me he dado cuenta de que realmente lo quiero hacer, debo estar dispuesta a confrontar mis “quizás” con la realidad y zaz! Me encuentro con que lo primero que debo vencer son mis propios paradigmas, si no jamás podré con los de la gente. Temor? Pena? Es exactamente lo que el otro puede sentir si me le acerco de la nada a entablar conversación… Cómo puedo imaginar otro mundo posible si es imposible que ese mundo comience al menos tantito a ser habitado por mi…
Y así mismo mis estimadxs, podemos pensar que nada de lo que visualizamos que podría mejorar este mundo que habitamos un chingamadral de gente, será posible si ni en nosotros comienza a suceder. Si es posible en ti, haz memoria del proceso que viviste para obtenerlo y cuando quieras aconsejar a otro para que logre algo similar, haya en ti comprensión y no exigencia, tolerancia y no impaciencia. Fe y no más pinche desesperanza y egoísmo.
Que la luz para lograrlo entre ya a nuestro entendimiento, porque ha estado ahí siempre, en todas partes.